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No voy a llorar



Todos los fines de ciclo tienen esos sentimientos encontrados entre lo terminado y los desafíos por venir...Sin embargo también se lleva a cabo un momento maravilloso, único: la colación de los alumnos y alumnas sexto año. El viernes 14 de diciembre tuvimos el privilegio de acompañar a los chicos y a sus familias en este momento tan especial. En un clima de alegría las puertas del colegio se abrieron a las 19 horas para despedir a nuestros nuevos egresados. En un encuentro marcado por los recuerdos y las anécdotas, la emoción no se hizo esperar y nos fue invadiendo a todos los presentes. Tuvimos la posibilidad de compartir un momento muy significativo de la mano del Equipo de Pastoral en donde dejamos plasmados todos nuestros deseos para cada uno de ellos. Asimismo los alumnas y alumnos se despidieron de su escuela a través de dos cartas en las cuales relataron los momentos vividos, algunos, desde el nivel inicial. Finalmente, les dejamos la carta de despedida que el Profesor Marcos López Blasco redactó para ellos:

No voy a llorar

Cada año, a mediados de diciembre, se acerca de golpe para todos los profes que los acompañamos en este camino, un momento muy especial. Se bajan las luces, la música inunda la sala y nos empezamos de a poco a enfrentar a la idea de que estos son nuestros últimos momentos juntos en este colegio.

Pero este año va a ser distinto. Este año no voy a llorar.

Voy a borrar de mis redes sociales a Lunga y a Leo. No sea cosa que me emocione cuando vea que después de años de matarse entrenando, a Lunga lo llamen de Racing y confirme lo que todos sabemos hace rato. Que tiene un temple único e infinitas ganas de triunfar. No sea cosa que Leo siga desparramando magia por las canchas de Futsal y nosotros lo extrañemos más de la cuenta.

No voy a llorar. Voy a hacer de cuenta que las discusiones con Aye no nos hicieron replantearnos nada de lo que entendíamos sobre la justicia, voy a hacer de cuenta que la palabra justa y conciliadora de Ariana para construir un grupo más sano día a día no fue tan esencial.

No voy a llorar, voy a dejar que se pierda de a poco el enorme valor de la integridad de Lautaro, que le costó peleas, discusiones, desencantos; pero que lo convirtió en un ser humano noble, sensato y coherente, de esos que hacen falta para cambiar el mundo.

No voy a llorar. Voy a repetirme hasta el hartazgo que vendrán otros con la categoría deportiva de Pancho, o con la inteligencia interminable de Facu, ambos marcadamente distintos en sus pasiones, pero idénticos en la grandeza de sus logros.

No voy a llorar. Voy a insistir, equivocadamente sin duda, en que vamos a estar igual de bien sin la paz que transmite Ary. “Ary es la palabra justa cuando necesitas el apoyo de alguien.” Me dijeron tus amigos más de una vez, y cuánta razón tenían.

Voy a olvidarme de a poco de la sonrisa de Belu, de su capacidad para encontrar belleza en todo lo que la rodea, de esa alegría infinita y contagiosa, de ese motor incansable para seguir bromiando un ratito más.

No voy a llorar. Voy a engañarme con que el carácter de Estufa se encuentra en cualquier lado y que todos defienden a sus amigos con esa ferocidad y esa pasión. Voy a negarme que este año tuve la suerte de conectar realmente con Juan, y de descubrir muchísimas cosas en común, desde música hasta teoría económica.

No voy a llorar. Voy a mentirle a los cursos que vienen y jurarles que pueden triunfar sin la constancia y la responsabilidad de Agustina, voy a insistir en que no hace falta alguien con un corazón como el de Agos para aprender sobre el verdadero valor de la amistad.

No voy a llorar. Voy a forzarme a olvidar a Tami y a Juli en cada River-Boca, sin insistir en que, en lo más importante, fueron tan parecidas. Ambas con una capacidad infinita de escuchar y de estar presente para el otro, aunque a veces significara desarmarse por dentro.

No voy a llorar. Voy a olvidarme de las charlas con Julián, esos debates eternos en los que aprendimos de su afán incansable de buscar respuestas y confirmamos que las cosas rara vez son lo que parecen inicialmente.

No voy a llorar, voy a rehusarme a aceptar que hoy, que egresa Euge y se jubila Stella, se va con ellas un pedazo enorme de lo que hace grande a este colegio. Con Euge se va un cariño y una dulzura que no tienen comparación, con la cabeza siempre en cualquier lado, pero con el corazón siempre en el lugar correcto

No voy a llorar, voy a desviar los ojos ante la mirada de Rocío. Una mirada que tiene atrás el soporte de toda una familia con una disposición y caridad eternas. Esta secundaria no habría sido lo mismo sin la ayuda incondicional de los Celuce.

No voy a llorar, voy a confiar en que Luz encontró un camino que la llena de felicidad, aunque no pase necesariamente por los pasillos de nuestro colegio.

No voy a llorar, voy a seguir viendo timidez y duda en los ojos de Gastón, pero con la plena seguridad de que no van a paralizarlo, sino impulsarlo en la búsqueda y construcción de un futuro tan especial como él.

Pero como hago, para no ver a Sheila en cada mini patinadora que se forme acá en Pompeya? Cómo hablo de sacrificio y dedicación por lo que uno ama sin mencionar cada uno de sus logros?

Cómo se hace para olvidar la mirada firme y segura de Lorea, la fuerza y la identidad construidas a partir de pelear por cada uno de sus valores?

Cómo me olvido del talento infinito de Brandon? Para bailar, cantar, editar, exponer, dibujar, debatir, y miles de cosas que lo hacen único. Es imposible enumerar todo lo que Brandon ha aprendido a hacer bien y a la vez terminar el acto de colación hoy antes de las 11.

Como hacemos para no recordar a Agustín en cada acento español que escuchemos? Cómo hacemos para no admitir que se ganó el corazón de todos en 9 meses de puro carisma?

Cómo dejar de pensar en Cami en cada demanda de justicia social? Cómo evitar escuchar su grito en la voz de las mujeres a quienes representa? Cómo no soñar con un futuro más igualitario si está ella al pie del cañón, dispuesta a lo que sea para lograrlo?

Cómo hablar de superación sin hablar del peque? Cómo no emocionarse sabiendo que el día de hoy marca para él un victoria enorme en lo personal? Cuántas pequeñas batallas silenciosas te llevaron paso a paso al logro que hoy celebras?

Cómo no ilusionarse con el futuro que proyecta, diseña y planifica Vicky? Como dudar de quien hoy tiene la combinación invencible de claridad en sus objetivos y plena confianza en su capacidad de lograrlos?

Cómo hablar de amistad sin pensar en Fran y en Hernán, cómplices eternos en sus aventuras. Con objetivos de vida diferentes, sí; pero con una afinidad y un apego que esperamos trasciendan las paredes del colegio, y sigan vigentes por muchos años más.

No. No se puede. Es una contradicción gigante verlos sentados frente a nosotros y no mirar esperanzados el mundo que están llamados a construir.

Es imposible hablar de solidaridad sin pensar en Valen; una compañera de fierro para todos los que tenemos el orgullo de llevarnos un testimonio de su amor infinito por sus amigas.

No se puede hablar de valentía sin nombrar a Celeste, dueña de un coraje ilimitado. Una verdadera leona hasta en los momentos de más absoluta vulnerabilidad, y sobre todo, un ejemplo de amor propio, valor y superación que sin duda va a inspirar a muchísima gente a definirse por lo que vale realmente.

No se puede ver egresar a Coni sin destacar su paso impecable por la secundaria, arrasando año a año con boletines sorprendentes, pero con logros mucho más valiosos y duraderos gracias a la personalidad encantadora que supo construir.

No se puede despedir a Luti, sin pedirle una vez más y ya por última vez, que no apague su corazón. Que aunque el mundo tenga en espera largas etapas de decepciones, y aunque a veces duela más de lo que esperamos, sos dueña de una sensibilidad incomparable, y una entereza increíble.

Y así como ustedes se llevarán marcados recuerdos imborrables de su paso por esta secundaria, para nosotros también hay cosas que no se olvidan.

No se olvidan las batallas de Bruno, siempre buscando encontrar la forma de conectar mejor, descubriendo en la música la armonía que hizo falta por mucho tiempo. Ojalá la paz que te brinda tu guitarra te acompañe todo el tiempo que la necesites.

No se olvida la sonrisa confiada de Joaquina, la certeza de los objetivos claros, el coraje para encarar lo que viene, siendo realmente libre.

No se olvida la enorme presencia de Maga, no solamente desde lo intelectual, que es sin duda único en su generación; sino también desde lo humano, desde esa capacidad de conectar con el otro en pos de construir algo más grande que la suma de las partes. Las ideas claras, la palabra firme, la certeza de que, elija lo que elija para su futuro, tiene el éxito garantizado.

No se olvida la promo 2018, eso está claro. No se olvidan sus virtudes, sus logros, sus encantos. No se olvidan tampoco los momentos en los que crecer dolió un poquito más de lo que esperábamos.

Pocas cosas son más difíciles que poner en perspectiva el orgullo de haberlos visto crecer; de haberlos conocido inocentes y revoltosos en uno de esos salones de arriba y haber sido testigo de lujo a medida que se construían en hombres y mujeres de bien.

Pocas cosas cuestan más que decirles adiós hoy.



Queremos que sepan que no cambiaríamos por nada del mundo el honor de haber compartido estos años con ustedes; que les agradecemos de corazón cada risa, cada abrazo, cada voto de confianza.

Sepan que, para nosotros también, fue una montaña rusa de emociones. Sepan que sufrimos con cada desencanto de ustedes y apretamos los puños con cada logro. Y, si ustedes nos dejan, lo seguiremos haciendo por muchos años más.

Hoy se van, pero el orgullo de saber que fueron alumnos nuestros no se apaga nunca. Los amamos infinitamente, y no se dan una idea de todo lo que los vamos a extrañar.

Hasta Siempre promoción 2018!













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